domingo, 30 de diciembre de 2012

Me han dicho incontables de veces que no debería llorar, pero a veces llorar es la manera en la que tus ojos expresan lo que tu boca no puede, lo que tu corazón siente.

¿Siempre?

Nuestro siempre llego a su fin, era de esperar, pero prometedme algo, que nunca olvidaréis nuestras risas, nuestras tonterías, nuestras largas conversaciones, nuestras locuras, nuestros planes que algún día cumpliríamos, nuestros sueños, nuestras ilusiones, nuestros momentos vividos, cada carcajada, cada sonrisa sacada después de un mal día y haber hablado con ustedes, cada te quiero, cada siempre, cada infinito dicho, cada palabra de afecto, cada deseo, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes, cada mesario que hemos pasado juntas, prometedme que jamás olvidaréis eso y será como si nuestro siempre aún siguiera vivo.